lunes, octubre 31

Los Mass Games: Juegos de Masas o Jugar con las Masas?


Los Mass Games conocidos como Arirang -en honor a esa desgarradora canción coreana del mismo nombre y que nos relata el amor imposible de dos amantes separados por el destino, que personifican a la perfección a las dos Coreas- han sido desde 2002 una vitrina de propaganda del sistema de Kim Jong Il para marcar para siempre las vidas de los pocos turistas que tienen la suerte de asistir a éste delirio de mosaícos y coreografías en el estadio más grande del mundo.
Como en todos los regímenes totalitarios, el misterio y la sorpresa son dos elementos vitales. Los Mass Games son el resultado espectacular de dicha ecuación pues se realizaron por primera vez en el 2002 y sorpresivamente se confirmaron otra vez en Agosto de 2005 para conmemorar el 60 aniversario de la Fundación de la República Democrática de Corea. Sólo al ver las imágenes me obsesioné con ir allá a toda costa para observar y sentir ese fenómeno de Masas.
Era el lunes 10 de Octubre en Poynyang, día sagrado en el que todos los habitantes de Pyonyang se dieron cita en la en la Plaza Kim Il Sung para observar la Parada Militar en honor al 60 aniversario del Partido de los Trabajadores. Campesinos, obreros e intelectuales las tres castas de la sociedad coreana, y los niños pioneros todos saludaban la Marcha triunfal del Ejército Libertador , llevando en sus manos hermosos ramos de la Flor Nacional la KimJongIlia y exitados por incendiarios propagandistas que pasaban en carros divulgando discursos de una violencia inaudita. Le rogamos a nuestros dos guías que fuéramos aquel día a presenciar los Mass Games y solamente una hora antes del espectáculo el tuvimos una respuesta positiva.
Al entrar al estadio resuenan por toda la megafonía las voces de la propaganda, el coliseo esta lleno a reventar las cifras son escandalosas: 150 mil espectadores, 50 mil niños de 10 años en la gradería oriental se encargan de los mosaicos mientras 20 mil gimnastas realizan como clones computarizados una coreografías escalofriantes. Pero Arirang no es sólo un espectáculo, es una demostración de fuerza, de unidad y de pasión de un pueblo sometido a la Idea del Juche, es la ocasión (única?) para impactar a los pocos periodistas y surcoreanos que tuvieron la suerte de obtener la visa Arirang (2 noches en Pyonyang y regreso a casa) y a los turistas presentes (unos 30).
En una hora y media de tensión, de megalomanía y de agresividad propagandista, los diferentes mosaicos y coreografías retratan los momentos clave de la historia coreana: la miseria y humillación de la invasión Japonesa, el levantamiento del pueblo liderado por el “Genio de los 10mil talentos” Kim Il Sung para erradicar y vender al agresor americano, que a su vez trajo abundancia comunista con sus campos eternamente fértiles, el progreso tecnológico, y el progreso moral de un pueblo unido y feliz protegido por el temido y adorado Ejército de Liberación. La epopeya termina con la unificación de la dos Corea en una coreografía casi celestial, con 150mil almas desbordadas de entusiasmo y los pocos surcoreanos de pronto pensando como la mayoría de sus vecinos (la reunificación pero no por ahora).
Son tres meses de representación diaria, de llenos totales, con lo cual se movilizan en Pyonyang todos los días 200mil personas para organizar este evento que retrata el morbo y el descaro del régimen por mantener viva su imagen. Los turistas pagamos entre 50 y 300 euros por una boleta de tercera categoría, sin saber cuanto podremos pesar el pobre presupuesto de aquella ciudad, y sin duda quedamos con esa sensación desagradable de no haber visto artistas sino jóvenes y niños movilizados y convertidos en máquinas demasiado perfectas para no acelerar nuestros latidos y quitarnos por muchas noches el sueño. Sólo nuestra razón nos permitió no dejarnos llevar por el fenómeno de las Masas.

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