lunes, octubre 31

La Estatua de Kim IL Sung


« Ustedes creen en Jesús Cristo, el pueblo coreano en Kim Il Sung » fue la respuesta contundente de nuestro guía a nuestra curiosidad por la devoción que cada individuo de ese país siente por el Camarada. Parada obligatoria para cualquier turista, es el primer monumento de Pyongyang que se visita. En lo alto de una pequeña colina, las escalinatas que niños y ancianos limpian ya por la mañana nos llevan hacia la estatua de dimensiones extraordinarias: Kim Il Sung aparece imponente, son 30 metros de bronce en los cuales está esculpido el Querido Presidente. El camino hacia la abundancia socialista ya lo abrió él gracias a la filosofía Juche del cual el mito lo hace el inventor. Su mano no es más que una indicación con la que le ordena a su pueblo seguir los pasos del camino de sus ideales. Símbolo del culto de la personalidad, cada persona debe depositar un ramo de flores y hacer una reverencia que no sólo sirve para demostrar el respeto hacia su Líder, sino también mostrar frente a la sociedad entera que se cumple con su deber y que más vale agacharse todos los días frente a una estatua de bronce que ser delatado por no hacerlo. El culto a la personalidad posee ese peligro que lleva a su autodestrucción: pueden venir miles de personas a inclinarse, sin embargo no se puede estar seguro de que estén convencidas. Es impactante ver como a las 10 de la mañana una gran cantidad de personas en horas laborales vienen a hacer esa peregrinación: algunos por convicción y los más inteligentes por supervivencia. Como todos los monumentos del culto a la personalidad se reconocen de inmediato por su gigantismo y su prístina limpieza.
Los dos mosaicos laterales retrazan respectivamente la lucha de liberación con los japoneses y los americanos, y las virtudes de la sociedad socialista. La imagen más conmovedora es la de una madre que se interpone a un soldado para luchar contra los japoneses. Todas las miradas serias conmovedoras y apasionadas, cada soldado en el mármol parece gritar en ese lugar que goza de un silencio sepulcral solo perturbado por una música ambiental que puede volver loco a cualquiera que esté allí más de una hora. Es una puesta en escena, cada detalle está pensado para impactar a los fieles que se desplazan allí. Es un lugar dónde lo ven- a él, al que nunca han visto pero que siempre está presente en sus vidas- y si además tiene unas dimensiones titanescas y brilla como el Sol será muy difícil que la propaganda no haya hecho su cometido.
En las empresas los empleados gozan de un día libre si el día lo consagran a visitar los sitios sagrados de la capital. Nada mejor que regresar a casa y colgar bajo los dos retratos obligatorios de los dos Kim, el retrato de familia con la Estatua del gran líder.
Flores, reverencia y silencio: no hay que desconcentrar al Líder que los llevara hacia la Victoria.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Poder conocer la actualidad de Corea del Norte de primera mano es una experiencia extraordinaria y excepcional, ojala pudieramos conocer mas sobre el viaje y la fabulosa experiencia de un pais perdido en el Estalinismo y el culto a la personalidad. Realmente es el cielo o el infierno.

Anónimo dijo...

Prosa refinada, se lee en 2 segundos. Siga así.